martes, 28 de octubre de 2008

La columna de Matute



El técnico de Nacional, Gerardo Pelusso, manifestó ayer a El Observador que la lesión que dejó afuera a Matute Morales del encuentro contra Wanderers “fue un reflejo del problema de espalda que sufrió hace mucho tiempo atrás”, sepultando las versiones de una sobrecarga muscular y hasta de un malestar estomacal que circuló en el Centenario el día del partido.
Morales fue operado en mayo de 2004 de una hernia de disco y de la fractura de la quinta vértebra lumbar en la clínica Stanley de Houston, Estados Unidos. En esa época el argentino defendía al Veracruz mexicano.
En octubre de 2004 el jugador declaró en el diario Clarín que antes de la operación pensaba más en poder levantar a su pequeño hijo “a caballito” que en volver a jugar al fútbol.
Tras cinco meses de recuperación, Matute volvió a las canchas, pese a que los pronósticos antes de entrar al quirófano eran reservados. Ese año jugó en Racing, donde firmó un contrato por partido jugado.
En abril de 2005 sufrió la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha y otra vez pensó en retirarse. Pero en diciembre de ese año firmó en Dorados de México.
Luego jugó en Banfield y en Olimpo. En Nacional, debido a esa lesión en la espalda, no realiza ejercicios que puedan perjudicarlo.
Decidió no hablar. Matute Morales decidió ayer que no va a hablar más sobre su salida del equipo el fin de semana anterior. El martes el jugador admitió en Sport 890 que se encontraba en buenas condiciones físicas para actuar frente a Wanderers y que si no lo hizo fue por una decisión del entrenador. Pelusso manifestó que “no hay nada raro” en torno a la ausencia del enganche. Ayer Matute ejecutó algunos ejercicios con el grupo y otros aparte.

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